martes, 24 de junio de 2014

Los niños que hacen deporte son más listos y sacan mejores notas

EL SEDENTARISMO, CAUSA DEL FRACASO ESCOLAR

La condición física de los adolescentes está directamente relacionada con su capacidad cognitiva. Cuanto mayores sean sus facultades anaeróbicas, más veloces serán sus conexiones neuronales o sinapsis, lo que se refleja en una mejora de las habilidades lingüísticas y del pensamiento lógico, según han demostrado los resultados de esta investigación publicada en el último número de la revista Brain and Cognition.

El equipo de investigadores de la Universidad de Illinois que llevó a cabo el estudio midió la actividad neuronal de menores con perfiles físicos diversos a través de electroencefalografías, concluyendo que la elevada capacidad aeróbica influye positivamente en la función cerebral. De este modo, los niños que estaban en una buena forma física obtuvieron también mejores resultados en las pruebas de compresión lectora que aquellos que eran más sedentarios. Asimismo, eran más rápidos y resolutivos a la hora de leer textos con oraciones que contenían errores gramaticales o sintácticos.

Para ello, el estudio se centró en explorar las respuestas cerebrales (a través de la actividad eléctrica) del denominado componente N400, relacionado con las tareas de compresión lectora. Estos estudios, llamados de ERPs, por sus siglas en inglés de Event-Related Potentials, también indagan en otra onda cerebral, llamada P600, que se asocia con la verificación de las reglas gramaticales de una oración. El alcance y velocidad de estas determina en gran parte la capacidad cognitiva de cada individuo. Cuanto más cortas y robustas, mejor.

Impacto cognitivo

Las diferencias en la actividad eléctrica del cerebro de los jóvenes quedaron más que patentes en función de su estado físico, si bien los investigadores no lograron descubrir los mecanismos que influyen en este proceso.
  
Estos resultados se suman a los de otros estudios similares, que también han encontrado una relación entre la condición física y la capacidad cognitiva, aunque sin llegar a identificar los mecanismos cerebrales que intervienen en ello. Entre estas investigaciones, destaca la llevada a cabo por investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid y publicada en el Journal of Pediatrics. Tras analizar a más de 2.000 estudiantes con edades comprendidas entre los 6 y los 18 años, los autores demostraron que la actividad física mejora el rendimiento académico.

Reducir el riesgo al fracaso escolar

Los investigadores se enfocaron en los efectos más notables y en la forma en que podían influir en el cerebro. Así, se analizó la capacidad cardiorrespiratoria, la fuerza muscular y la habilidad motora. “Cuando se hace ejercicio, estos tres componentes están muy asociados; por eso era importante diferenciarlos y compararlos para ver qué influye en el desarrollo académico. Así sabremos de dónde vienen los beneficios”, según precisó en un comunicado la coordinadora de la investigación, Irene Esteban-Cornejo.

Según el estudio, una mejor respiración alienta la comunicación entre las células, mientras que la habilidad motora favorece la concentración. “Tener una buena salud cardiorrespiratoria y coordinación motora pueden, hasta cierto punto, reducir el riesgo del fracaso escolar”, apuntó Esteban-Cornejo. “Deben hacerse esfuerzos para que las escuelas tengan programas que incluyan el ejercicio físico todas las semanas”, agregó.


La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que las personas de 5 a 17 años realicen al menos 60 minutos semanales de ejercicio, con una intensidad de moderada a vigorosa. La actividad debe ser, sobre todo, aeróbica. No obstante, después de los 12 años, pueden hacer ejercicios específicos para músculos tres veces por semana.

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