Los deportes más apropiados para los niños con TDAH
Existen otras alternativas complementarias a los fármacos
para los niños con TDAH
Uno de los tratamientos más recomendados y también uno de
los más efectivos para reducir los síntomas del TDAH infantil es la terapia
farmacológica. Se estima que dos tercios de los pequeños diagnosticados con el
trastorno son tratados con medicamentos para atenuar sus signos de
impulsividad, hiperactividad y desatención. Sin embargo, aunque los resultados
suelen ser muy buenos, lo cierto es que cada vez más expertos empiezan a
apostar por otras terapias de intervención socio-educativa como una
alternativa complementaria para reducir los síntomas del TDAH en los niños.
Al respecto, se ha demostrado que implementar algunos
hábitos como la práctica regular de deporte puede reducir considerablemente los
síntomas de la hiperactividad e impulsividad, lo cual beneficiaría a muchos
pequeños que sufren este trastorno. De hecho, la práctica de deporte ayuda
a desarrollar las habilidades motoras y previene múltiples alteraciones
osteomusculares, un problema que suele afectar a más del 50% de los niños
diagnosticados con TDAH. Además, diversos estudios han encontrado que el
deporte contribuye a canalizar el exceso de energía, a la vez que mejora la
capacidad atencional y estimula el autocontrol. Sin embargo, aunque todos los
deportes resultan beneficiosos para los niños con TDAH, existen algunos
que aportan mayores ventajas.
¿Qué deportes debería practicar un niño con TDAH?
Kárate
Es una de las artes marciales más antiguas cuyas técnicas
se basan en la tradición filosófica y espiritual del Bushido, aunque también
incluye principios del budismo zen y del sintoísmo. De hecho, se trata de
una práctica deportiva muy completa que demanda una gran disciplina, un
entrenamiento riguroso, coordinación y una gran habilidad mental. Por eso,
se suele recomendar para tratar los síntomas de hiperactividad en los niños con
TDAH, pues se ha demostrado que es un deporte excelente para potenciar el
autocontrol y el autoconocimiento, lo cual ayuda a que el pequeño regule mejor
sus emociones y mantenga bajo control su impulsividad. El kárate también
permite descargar el exceso de energía, potencia la concentración y acorta la
velocidad de reacción y el tiempo de ejecución, tanto a nivel físico como
mental.
FUENTE: Etapa Infantil